Son aquellos potenciales impactos positivos relacionados al cambio climático sobre la entidad, los cuales dependen del contexto específico y se pueden traducir en ahorros en los costos de operación o el aprovechamiento de nuevos mercados. En términos financieros consisten en oportunidades para invertir en mercados de infraestructura sostenible, energías renovables, soluciones para el desarrollo urbano sostenible y/o agricultura climáticamente inteligente, entre otras (TCFD, 2017).
Es el proceso de ajuste de los sistemas humanos y naturales al clima actual o esperado y sus efectos. En sistemas humanos la adaptación tiene el propósito de moderar e impedir los daños y/o aprovechar las oportunidades derivadas (IPCC, 2019).
Para el propósito de reporte y contabilidad de emisiones de GEI, se han clasificado en tres alcances (GHG Protocol, 2019):
● Alcance 1: son las emisiones directas de GEI que ocurren por fuentes y actividades relacionadas con la entidad, por ejemplo emisiones provenientes de la combustión de hornos o vehículos de la entidad o emisiones por actividades de deforestación directamente asociadas a la actividad productiva de la entidad.
● Alcance 2: son las emisiones indirectas de GEI que ocurren por fuentes energéticas relacionadas con el funcionamiento de la entidad, por ejemplo emisiones provenientes de las compañías de energía que suministran a la entidad.
● Alcance 3: son otras emisiones indirectas de GEI no cubiertas en el Alcance 2 y que son generadas por actividades de la entidad pero que ocurren en fuentes no relacionadas con la misma sino con su cadena de valor.
Por su parte, los GEI son aquellos componentes gaseosos que están en la atmósfera que absorben y emiten radiación y que generan el efecto invernadero. Su origen es tanto natural como antropogénico (IPCC, 2019).
La lista de GEI es la siguiente:
● Dióxido de carbono (CO2)
● Metano (CH4)
● Óxido de nitrógeno (N20)
● Hidrofluorocarbonos (HFC)
● Perfluorocarbonos (PFC)
● Hexafloruro de azufre (SF6)
● Trifluoruro de nitrógeno (NF3).
A su vez, existen varias métricas que se utilizan para evaluar las emisiones de una entidad.
Algunas de estas métricas son (TCFD, 2017):
● Emisiones GEI absolutas: total de GEI emitidas.
● Intensidad de las emisiones económicas: emisiones absolutas/volúmen de la inversión o préstamo.
● Intensidad de las emisiones físicas: emisiones absolutas/ valor de salida (energía, producto, entre otros).
● Intensidad de carbono media ponderada del portafolio: emisiones absolutas x peso del activo en el portafolio/ ventas de cada empresa
El objetivo central de TCFD ha sido promover la evaluación y divulgación como parte de sus procesos de reporte, de los riesgos y oportunidades materiales a sus actividades y negocios relacionadas con el clima.
Para el caso de riesgos, se dividieron en dos categorías principales (i) riesgos relacionados con la transición a una economía baja en carbono, para los que se identifican cuatro subcategorías: políticos y legales, tecnológicos, de mercado y reputacionales. Y (ii) riesgos relacionados con los impactos físicos del cambio climático que se subcategorizan en agudos y crónicos.
Para las oportunidades se establecen cinco categorías principales relacionadas con (i) la eficiencia en el uso de los recursos y los ahorros en costos, (ii) la adopción de fuentes energéticas de bajas emisiones, (iii) el desarrollo de nuevos productos y servicios, (iv) el acceso a nuevos mercados y (v) la construcción de cadenas de abastecimiento resilientes.
Esta definición ha sido tomada del documento Annex: Implementing the Recommendations of the Task Force on Climate-related Financial Disclosures (October 2021), disponible en la sección de Publications de la página web del Task Force on Climate-related Financial Disclosures para su consulta. Las definiciones en inglés, así como los ejemplos detallados sobre estos riesgos y oportunidades pueden ser consultados y profundizados en el documento.
Conjunto de acciones destinadas a reducir los efectos potenciales del calentamiento global. Supone la reducción de las concentraciones de gases de efecto invernadero, ya sea mediante la reducción de sus fuentes o aumentando la capacidad de los sumideros de carbono para absorber los GEI de la atmósfera.
Herramienta de clasificación que permite identificar y responder a oportunidades que contribuyan con los objetivos de dicha clasificación.
Se refiere a los tipos y la cantidad de riesgo, en un nivel amplio, que una empresa está dispuesta a aceptar en busca de valor. La tolerancia al riesgo se define como los límites aceptables de variación en el desempeño relacionado con el logro de los objetivos del negocio. Una vez establecidos, el apetito por el riesgo y la tolerancia al riesgo se convierten en los límites para una toma de decisiones aceptable. (TCFD, 2020).
Es la energía cuya fuente se renueva o se repone de forma natural. Los principales ejemplos de energía cuya fuente es renovable son: Energía proveniente de la biomasa (aprovechamiento de desechos orgánicos), Hidroelectricidad, Energía geotérmica, Energía eólica, y Energía solar.
Es la suma proporcional del total de las emisiones asociadas a los activos que componen los portafolios de la entidad, lo que implica la medición de emisiones de GEI asociadas a cada uno de los instrumentos financieros, activos y proyectos que los integran, así como la sumatoria de emisiones proporcionales al porcentaje de posesión de los instrumentos, activos y proyectos (PRI, 2015).
Son aquellas inversiones en activos, productos e instrumentos financieros que hacen parte de una economía carbono neutral y están asociadas a procesos productivos o actividades que contribuyen a la mitigación y adaptación al cambio climático.
Son aquellas inversiones en activos, productos e instrumentos financieros asociados a procesos productivos o actividades que generan emisiones de GEI. El término ‘intensivo en carbono’ incluye a todos los GEI.
Es una estrategia para incorporar los riesgos y oportunidades de las entidades que consiste en informar, apoyar y/o incentivar la consideración de los riesgos y oportunidades derivados del cambio climático por parte de las empresas en las que invierte, los proveedores de servicios u otras contrapartes. El involucramiento climático se hace con el objetivo de aumentar la disponibilidad de información y la capacidad de estimar los riesgos y oportunidades derivados del cambio climático de la propia entidad (TCFD, 2017).
Son aquellos potenciales impactos negativos del cambio climático sobre la entidad, los cuales pueden ser físicos o de transición (TCFD, 2017)
Tratado internacional adoptado bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre cambio climático durante la 21a Conferencia de las Partes de dicha Convención en Diciembre de 2015. Fue adoptado por 195 Estados Parte, y a la fecha ha sido ratificado por 197. Entró en vigor el 4 de noviembre de 2016.
El tratado establece objetivos de largo plazo comunes a todos los países para orientar los esfuerzos nacionales y conjuntos en materia de mitigación, adaptación y financiamiento del cambio climático.
Establece tres objetivos específicos
1. Mitigación: consiste en mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2oC con respecto a los niveles preindustriales y procurar lograr limitar el aumento de la temperatura a 1.5oC
2. Adaptación: consiste en aumentar la capacidad de adaptación y la resiliencia a los efectos adversos de cambio climático
3. Financiamiento: establece que se debe lograr que todos los flujos financieros estén en línea con sendas de desarrollo carbono neutral y resilientes a los efectos adversos del cambio climático (ONU, 2015).
Un plan de transición es un elemento de la estrategia general de una entidad que tiene como objetivo minimizar los riesgos relacionados con el clima y aprovechar las oportunidades a medida que el mundo hace la transición hacia una economía baja en carbono. Según el TCFD (2021) el plan de transición:
● Proporciona una visión de cómo se reducirán los riesgos y se captarán las oportunidades a medida que la entidad hace su transición. Esto permite a los diferentes actores evaluar la transmisión de riesgos y hacerle seguimiento a las metas trazadas por cada empresa..
● Es un insumo integral con el que los participantes del mercado pueden evaluar y valorar adecuadamente los riesgos y oportunidades relacionados con el clima.
● Permite comprender la concentración de activos intensivos en carbono a lo largo del tiempo.
● Proporciona comparabilidad entre entidades para que los reguladores evalúen los riesgos sistémicos.
Tratado internacional adoptado bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre cambio climático durante la 21a Conferencia de las Partes de dicha Convención en Diciembre de 2015. Fue adoptado por 195 Estados Parte, y a la fecha ha sido ratificado por 197. Entró en vigor el 4 de noviembre de 2016.
El tratado establece objetivos de largo plazo comunes a todos los países para orientar los esfuerzos nacionales y conjuntos en materia de mitigación, adaptación y financiamiento del cambio climático.
Establece tres objetivos específicos
1. Mitigación: consiste en mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2oC con respecto a los niveles preindustriales y procurar lograr limitar el aumento de la temperatura a 1.5oC
2. Adaptación: consiste en aumentar la capacidad de adaptación y la resiliencia a los efectos adversos de cambio climático
3. Financiamiento: establece que se debe lograr que todos los flujos financieros estén en línea con sendas de desarrollo carbono neutral y resilientes a los efectos adversos del cambio climático (ONU, 2015).
Los análisis de escenarios de cambio climático son los procesos de identificación y evaluación de un rango de potenciales resultados bajo supuestos de futuros eventos climáticos proyectados como consecuencia de las variaciones en patrones climáticos derivados del aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Los procesos requieren un entendimiento sobre cómo los riesgos relacionados al cambio climático impactarán a un negocio determinado, así como la evaluación de las estrategias y el desempeño financiero de la entidad bajo los supuestos relacionados a los escenarios (TCFD, 2019).
El ejercicio debe contar con al menos dos escenarios: uno donde se alcancen las metas de descarbonización de la economía limitando el aumento de la temperatura promedio a 1.5°C y otro donde se mantengan las tendencias en emisiones (Business As Usual-BAU) y dominen los impactos físicos del cambio climático generados por la tendencia de aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero. Este tipo de análisis tiene el objetivo de establecer opciones de respuesta por parte de las entidades a los diferentes escenarios de cambio climático planteados.
A continuación, algunos de los escenarios climáticos más reconocidos:
● IEA Stated Policies Scenario (STEPS): proporciona en detalle la dirección en la que las ambiciones políticas actuales llevarían al sector energético en los próximos años.
● IEA Sustainable Development Scenario (SDS): asume que se alcanzan los objetivos de energía sostenible en su totalidad. Esto requiere cambios rápidos y generalizados en todas las partes del sistema energético. Este escenario traza un camino totalmente alineado con el Acuerdo de París.
● IEA Delayed Recovery Scenario (DRS): en este escenario, la pandemia tiene una mayor duración y la recuperación económica es más débil de lo que se suponía en el escenario STEPS.
● IEA Net Zero Emissions by 2050 case: evalúa qué acciones adicionales a las del escenario SDS se necesitan en los próximos diez años para limitar las emisiones globales de CO2 en el camino hacia emisiones netas cero a 2050. Está en línea con el escenario utilizado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático para el Informe Especial sobre Calentamiento Global de 1,5 ° C (IPCC SR1.5) publicado en 2018.
● IPCC Representative Concentration Pathways (RCPs): son escenarios que proyectan series de tiempo de emisiones y concentraciones de los GEI, aerosoles y gases químicamente activos, así como el uso y el cambio en la cobertura del suelo. La palabra representativo significa que cada RCP proporciona sólo uno de los muchos escenarios posibles que conducirán a las características específicas de forzamiento radiativo. El forzamiento radiativo es la diferencia entre la luz solar absorbida por la Tierra y la energía irradiada de vuelta al espacio.
● IPCC RCP 2.6: escenario de estabilización de emisiones bajo, en el que el forzamiento radiativo alcanza un pico de aproximadamente 3 W m^-2 antes de 2100 y luego disminuye.
● IPCC RCP 4.5: escenario de estabilización de emisiones intermedio en el que el forzamiento radiativo se estabiliza en aproximadamente 4,5 W m^-2 después de 2100.
● IPCC RCP 6: escenario de estabilización de emisiones intermedio en el que el forzamiento radiativo se estabiliza en aproximadamente 6.0 m^-2 después de 2100.
● IPCC RCP 8.5: escenario de estabilización de emisiones alto en el que el forzamiento radiativo alcanza más de 8,5 m^-2 para 2100 y continúa aumentando durante algún tiempo.
● Network for Greening the Financial System (NGFS) - “Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés)”: este escenario incluye todas las políticas climáticas creadas por los países, incluso si aún no se han implementado en su totalidad.
● NGFS - “Neto cero a 2050”: es un escenario ambicioso que limita el calentamiento global a 1,5°C a través de políticas climáticas estrictas e innovación, alcanzando emisiones netas cero de CO2 alrededor del 2050.
● NGFS - “Aumento de temperatura menor a 2oC”: este escenario asume que la rigurosidad de las políticas climáticas aumentan gradualmente, dando un 67% de posibilidades de limitar el calentamiento global a menos de 2°C. Este escenario supone que las políticas climáticas se introducen de inmediato y se vuelven gradualmente más estrictas, aunque no tan estrictas como en el escenario de “Neto cero a 2050”.
● NGFS - “Neto cero divergente”: este escenario llega al neto cero para 2050, pero con costos más altos debido a la implementación desordenada y desigual de políticas sectoriales y regionales y una eliminación tardía, pero más rápida, de los combustibles fósiles. Para ilustrar los riesgos y costos de la falta de coordinación, el escenario asume que el precio al carbono es tres veces más alto para los sectores de construcción y transporte, en comparación a la industria en general.
● NGFS - “Transición demorada”: asume que las emisiones globales anuales no disminuirán hasta 2030. Por lo que se implementan políticas más estrictas para limitar el calentamiento global a menos de 2oC.
● NGFS - “Políticas actuales”: asume que se mantienen las políticas implementadas actualmente, lo que genera altos riesgos físicos.
Es una medida de riesgo cuantitativa que se utiliza para estimar las potenciales pérdidas de valor causadas por el cambio climático dentro de una entidad, portafolio o mercado financiero en un horizonte de inversión específico (MSCI, 2020).
Es el proceso de identificar, priorizar y evaluar los potenciales riesgos climáticos que podrían afectar financieramente o las operaciones de una entidad y/o sus partes interesadas. Esto tiene el objetivo de gestionar una lista corta de riesgos relevantes que informan la estrategia y los objetivos de la entidad (KPMG, 2014).
Es una metodología que determina cómo se ven afectadas las variables objetivo en función de los cambios en otras variables ya conocidas. Esta metodología también se conoce como análisis hipotético o de simulación. Es una forma de predecir el resultado de una decisión dado un cierto rango de variables (Investing, 2021).
Para el cambio climático, esta metodología puede estimar el impacto de cambios incrementales en el clima en las variables económicas y financieras de un sector o de una entidad (EIOPA, 2020).
Es una metodología que permite evaluar el impacto de los riesgos asociados al cambio climático en una entidad o mercado financiero. En este tipo de análisis se considera la resiliencia de las entidades frente a futuros escenarios climáticos considerados extremos pero plausibles (ECB, 2021).
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